El Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL) nació en los años setenta, en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, bajo el liderazgo absoluto de Abimael Guzmán, un profesor de filosofía llamado "Presidente Gonzalo" por sus acólitos. En 1980, el mismo año en que Perú recuperaba la democracia, se convirtió formalmente en una organización armada, que se propuso imponer por la fuerza un régimen comunista de orientación maoísta.
En su momento de esplendor, SL llegó a tener un enorme poder, desplazó al Estado de vastas regiones rurales, acumuló muchos millones de dólares gracias a su control sobre el narcotráfico, e impuso su ley con violencia y terror en poblaciones enteras.
"Protegían a los productores de coca del Gobierno y de la DEA, y cobraban cupos a los grupos que sacaban la pasta base de cocaína en avionetas y la llevaban a Colombia. Llegaron a ganar hasta 100 millones de dólares al año, lo que les permitía comprar armas y mantener el apoyo de sus cuadros. Mientras la economía del país se caía a pedazos por la inflación, SL ganaba más terreno, afiliados y simpatizantes, que no veían otra alternativa", explica David Scott Palmer, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, y estudioso de la historia de SL, en diálogo con Infobae.
Pero en 1992 Guzmán fue capturado y la organización se derrumbó, presa de su verticalismo extremo. "Como todo giraba alrededor de él, nadie estaba preparado para tomar su lugar. Cuando lo descabezaron, SL cayó por su propio peso", dice a Infobae la investigadora argentina Fernanda Daniela Díaz, del Centro de Estudios Suramericanos de la Universidad de La Plata.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación, creada en 2001 para dar cuenta del conflicto armado que asoló a Perú entre 1980 y 2000, llegó a la conclusión de que en el período perdieron la vida 69.280 personas entre caídos en enfrentamientos, asesinados a sangre fría y desaparecidos. SL fue responsable del 54% de esas víctimas; las Fuerzas Armadas, del 37%; y del resto se encargaron organizaciones menores.
La caída de Sendero Luminoso
El arresto del líder fue un golpe del que SL nunca se pudo recuperar. Desencadenó un efecto dominó por el que los principales referentes del Comité Central fueron cayendo uno a uno en muy poco tiempo, y la organización perdió rápidamente la unicidad monolítica que había mantenido en los ochenta.
"Luego de la caída de Guzmán, SL se fragmentó. Destacaron en estos dos facciones, ambas ubicadas en zonas de producción de cocaína: el Alto Huallaga en la selva norte, y el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), en la selva central y hacia el sur", cuenta Nicolás Zevallos, Investigador del Laboratorio de Criminología Social de la Universidad Católica del Perú, consultado por Infobae.
El primer grupo marcaba una clara continuidad y seguía bajo la influencia de "Presidente Gonzalo", que enviaba sus directivas desde prisión. Estaba conducido por Florindo Eleuterio Flores Hala, alias "Camarada Artemio", el único miembro de la conducción histórica que permanecía en libertad.
En cambio, la facción del VRAEM rompió con la línea de Guzmán poco después de que cayera preso, porque quería un acuerdo de paz que pusiera fin a la lucha armada, algo con lo que no estaba de acuerdo. Entonces se independizó, formando una especie de "neosenderismo", al que llamaron Proseguir. Entre 1993 y 1999 estuvo liderado por Óscar Ramírez Durand, alias "Camarada Feliciano".
"Estaban recluidos en la selva, en una zona muy aislada, de extrema pobreza y poco desarrollo -cuenta Díaz. Se internaron allí para sobrevivir. En 1999, los hermanos Quispe Palomino traicionaron y entregaron a Feliciano. Entonces nació el 'neosenderismo', que no se considera SL y reniega del pensamiento de Guzmán".
Hay un tercer grupo, fundado en 2009, que renunció a la lucha armada y que propone una salida negociada al conflicto. Es el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), que reclama la liberación de los presos políticos, especialmente, de Guzmán.
Su objetivo es convertirse en un partido político reconocido como cualquier otro y participar de las elecciones, pero el Estado no los autoriza, por sus estrechos vínculos con SL.
Sendero Luminoso en la actualidad
Si bien las dos facciones de SL fueron duramente golpeadas por distintas operaciones efectuadas durante el gobierno de Ollanta Humala, la que opera en el VRAEM aún continúa con vida, mientras que la del Alto Huallaga quedó totalmente desarticulada tras la captura en 2012 del Camarada Artemio.
"Los remanentes de Sendero Luminoso tienen mayor presencia en el VRAEM, con una clara relación con la producción de derivados cocaínicos. Están involucrados en al menos dos tipos de actividades. Por un lado, el propio refinamiento y comercialización de pasta básica y de clorhidrato de cocaína. Por otro lado, la protección armada de las rutas de tránsito de estos derivados", dice Zevallos.
"Por ello se argumenta que sus objetivos económicos se anteponen a su discurso político. En todo caso, el dominio territorial que ejercen tiene como principal función asegurarles el control de las zonas de producción y de las rutas del tráfico", agrega.
Muchos investigadores ya ni siquiera consideran como una organización propiamente política a la que opera en el VRAEM. "El neosenderismo es directamente crimen organizado -dice Díaz- porque dejaron atrás la motivación ideológica y se hicieron fuertes en actividades ilícitas, sobre todo en las drogas".
"Al principio -continúa- se mostraban como defensores de los productores de coca y empezaron ofreciendo servicios de protección para el transporte del producto, lo que no era visto como una amenaza por los pequeños clanes de narcotraficantes. Pero hoy toda la droga que sale del VRAEM está manejada por el neosenderismo".
Sin embargo, una operación militar realizada en 2013 los debilitó profundamente. "El gobierno de Humala les propinó un golpe terrible al matar al número 2 de la estructura, Alejandro Borda Casafranca ('Camarada Alipio'), y al 4, Marco Antonio Quispe Palomino ('Camarada Gabriel'). Todavía se están reorganizando. Siguen manejando la droga, pero ya no están haciendo ataques a policías y militares", dice Díaz.
De todos modos, Víctor Quispe Palomino ("Camarada José"), continúa liderando la organización junto a uno de sus hermanos, Jorge Quispe Palomino ("Camarada Raúl"). Se estima que cuentan con una fuerza de 500 hombres.
¿Senderismo de exportación?
En los últimos meses se viene hablando de la presencia de ex integrantes de SL en distintos países de Sudamérica, asociados principalmente a bandas de narcotraficantes. Uno de los casos que más se citan es su supuesta presencia en algunas villas de la Ciudad de Buenos Aires, en Argentina.
Sin embargo, no hay elementos suficientes para afirmar que estos ciudadanos peruanos tengan o hayan tenido vínculos con la organización. "Si hay presencia de peruanos en Argentina es posible que sean representantes de las mafias de la droga que existen en casi todo el continente, y que son los que facilitan la salida de la droga hacia el sur, que ahora parece ser la ruta más favorecida por los productores en el VRAEM", dice Palmer.
"Es posible y probable que haya agentes peruanos en Argentina, Bolivia, Paraguay y hasta en Brasil, pero dudo mucho que sean militantes de SL. Estos serían los que representan más bien los vendedores del producto, y no los vendedores ideológicos que todavía existen, pero en un número muy reducido y, esencialmente, sólo en el VRAEM", agrega.
Díaz va un poco más allá, y sostiene que en al menos un país sí se pueden verificar nexos con SL. "Está probado que los Quispe Palomino tienen vínculos con grupos en Bolivia para trasladar la producción de droga, lo que se ve en el aumento exponencial de las avionetas. Pero más allá de Bolivia, no me atrevería a decir que hay elementos concluyentes".
Para Zevallos, aún suponiendo que los narcos peruanos que operan en Argentina se presenten como SL, eso no significa que realmente tengan relación. "El SL que operaría en Argentina no evidencia vínculos orgánicos con los remanentes que hay en el VRAEM, aun cuando esté conformado por ex integrantes de SL en Perú. Se trataría más bien de una organización que capitaliza esta identidad para desarrollar sus actividades, logrando control territorial para el comercio de drogas y otras actividades conexas", concluye.